Los caminos de El Laberinto llevan a lugares maravillosos e insospechados. Hace unas semanas me llevaron a Fuente Obejuna, donde conocí buena gente, lo pasamos muy muy bien y dedicamos libros hasta las cuatro de la mañana. Todo esto por la mejor de las razones: Echar una mano para mejorar la vida de chavales menos afortunados. El que se anime a ello puede aportar su ayudita comprando nuestro libro aquí.
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